“No permitas que
nadie llene tu tiempo de silencio” o
“todas las heridas cicatrizan
y se convierten en experiencias” o
“ llegarás a querer
desde lo más hondo, pero hasta esto es un aprendizaje” o
“no pierdas jamás la
perspectiva en las cosas, te librará de laberintos” o
“ no malgastes tu
tiempo en enfados u odios, te arrepentirás, por inútil, de cada minuto que
empleaste en algo negativo”
o…
Pero ahora que
te tengo delante, y me miras tan fijamente que me detienes el corazón, como
evitarlo.
Ahora te
hablo, casi a escondidas, para que tu madre no me riña por llenarte de
certezas. Tu llegarás a algunas, a todas las mías (que son pocas) y alguna más.
Como todos, irás convirtiendo tu camino en tu personalidad, y viceversa.Yo estaré ahí. En el margen. Tratando de no interferir en lo que no sea necesario y preparado para empujar en las cuestas. Sólo, y nunca solo, estaré ahí.
Por mi forma de ser (ya te irás dando cuenta) ya tardaba en decirte esto, y aunque lleves sólo tres semanas con nosotros y tus ocupaciones sean otras, seguro que en el fondo esto ya lo sabes, porque seguro que te has dado cuenta, de alguna forma, que es tu padre el que te devuelve la mirada.
1 comentario:
Gracias por compartirlo, Carlos. Con unos padres así, Leo tiene asegurado un cacho (y bien grande) de buena persona. Una vez más: ¡felicidades!
Publicar un comentario