"Todo se acaba"

Esta fue la frase estrella del fin de semana. Se la escuché a mi hermana, a gente del pueblo (el valor de la España profunda)... y extrañamente quedó ahí, dando vueltas por mi cabeza, sin llegar a tener un sentido completo.
Todo se acaba. Es cierto. Pero como en la vida no hay compartimentos estanco, eso que termina, da pie a lo que comienza (y que casualmente coincide con el presente).
Así que uno nunca termina de terminarse, o nunca empieza a empezarse. Quizá por eso somos un poco humo. Porque no terminamos de pasar de un estado a otro, de una verdad a otra, o de un corazón a otro.
Todo se acaba, es posible que haya gente que lo crea así. A esta gente le recomiendo, que utilicen los ojos del vecino, la tercera persona. Desde allí, con tiempo y espacio mediante, uno ve con facilidad de que hablo. Miles de columnas de humo, que buscan forma, y que en esta búsqueda encuentran el sentido del tránsito, lo único que no comienza ni termina.
Es aquí donde nada se acaba.