El tiempo es un mecano inasible. El orden cronológico de los acontecimientos, sólo demuestra, la pobre estructura (presente, pasado y futuro), de la que se nutre nuestra experiencia. Este orden, se ve definitivamente alterado en el inmediato proceso de asimilación. Una vez, registrados/vividos los hechos, comienzan a deformarse. ¿Qué es ahora presente o pasado o futuro?. O lo que es peor, ¿ha existido en algún momento, ese presente o pasado o futuro?.
Nada más suceder las cosas, son negadas por si mismas. El único registro restante es el de nuestra memoria, y los únicos recuerdos posibles aquellos que somos capaces de revivir. El resto, ese orden cronológico inasible, se ha esfumado.
Así el tiempo interviene en el amor. Sobre la memoria, lo intuye, lo ofrece, lo disfrutamos, lo registra, lo deforma, lo borra (si puede), lo revive (las menos), lo oculta y lo borra (olvido). El amor es una pieza más de un mecano inasible, en esta batalla diaria contra la locura, en la que no gana quien vive un día más, sino quien recuerda.
A. Solrac
1 comentario:
En mi caso, creo que sutilmente, la locura esta ganado mi batalla diaria.
Difruta muchisimo de tus vacaciones, Muak.
Publicar un comentario